de escolarización que ha desempeñado un lugar central en la gestión de relación
escuela-infancia.

¿Cuáles son las causas más frecuentes?
- Déficit cognitivo o de la capacidad intelectual: quienes tiene una menor capacidad intelectual (objetivada habitualmente por tests) suelen tener fracaso escolar o académico, aunque pueden tener otras capacidades o “inteligencias” para cualidades musicales, artísticas, etc.
- Déficit de atención: los niños con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) suelen fallar en la atención sostenida (capacidad para mantener la atención durante un tiempo) y la atención selectiva (capacidad para seleccionar los estímulos relevantes de los irrelevantes). Así, el niño puede “ausentarse” mentalmente de la explicación del profesor y fallar en la comprensión. De persistir, aparecen suspensos en los exámenes y retraso escolar.
- Falta de motivación para el estudio y problemas psicológicos: la desmotivación se produce cuando no obtiene el rendimiento adecuado porque no está acostumbrado a esforzarse o porque no tiene buena sintonía con el profesorado o con los compañeros. También la monotonía y la rutina facilitan el desinterés. Los problemas del estado de ánimo, una baja autoestima y preocupaciones o miedos lo facilitan.
- Falta de supervisión familiar: los alumnos deben percibir el interés real de sus padres hacia su desarrollo escolar. Un estilo educativo permisivo y con escasa implicación tanto en las tareas escolares como en las entrevistas con los profesores puede conducir al retraso.
- Separación de los padres y otros problemas emocionales: un período de separación puede desestabilizar al niño. Las separaciones traumáticas o los cambios de normas y límites o cuando existe chantaje emocional, pueden repercutir en los estudios.
- Proteccionismo y falta de responsabilidad: los padres deben ir aprendiendo a delegar responsabilidades en sus hijos, a medida que van creciendo. Según crece el niño debe hacer más cosas por sí solo, aprendiendo de sus errores y de sus aciertos. Un niño que nunca organiza su mochila en casa (porque su mamá se la prepara todas las noches) no sabrá organizar su mochila en el colegio, olvidándose los libros o libretas que necesita en casa para realizar los deberes. Responsabilizar a los niños de sus tareas es fundamental para su planificación y organización. El paternalismo y la falta de responsabilidad facilitan el retraso.
- Déficit neurológico o sensorial: en ocasiones, una enfermedad neurológica o sensorial (p. ej: falta de visión o sordera) puede condicionar el seguimiento de las explicaciones del profesor en clase.
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