EL TRABAJO EN LA ESCUELA CON ALUMNOS SUPERDOTADOS.
¿QUÉ PODEMOS HACER EN LA ESCUELA CON UN NIÑO SUPERDOTADO?
Aunque los niños brillantes poseen capacidades excepcionales,
muchos no pueden sobresalir sin asistencia. Necesitan ayuda académica pero
también asistencia emocional a través del entendimiento, la aceptación, el
apoyo y el aliento.
Aquellos chicos brillantes que están aburridos y frustrados en la escuela, están en peligro de aislarse mental, física y emocionalmente.
Se pueden rebelar, transformarse en chicos problema, ser
castigados por ser astutos, vivos o hacerse los payasos en clase. Pueden
aprender a rendir por debajo de sus capacidades. Y así tener un bajo
rendimiento ya que perdieron el deseo de aprender.
Si nunca tienen que hacer nada que los desafía,
frecuentemente pueden terminar con habilidades de estudio pobres o
inexistentes. Cuando un niño siente que sus necesidades no se satisfacen en la
clase, cuando no obtiene la atención que necesita, tiende a bajar su
rendimiento, a interrumpir la clase, a molestar a sus compañeros, a desafiar
los conocimientos de la maestra e incluso a fracasar en sus tareas y exámenes.
Estos niños aprenden diferente, actúan diferente, reaccionan
diferente que sus compañeros de la misma edad cronológica con habilidades
promedio. Enseñar a un niño brillante lleva más tiempo y trabajo para el
maestro aunque parezca lo contrario. Se requiere:
• planear y evaluar separadamente y en forma distinta sus
tareas
• más tiempo de enseñanza por la cantidad de trabajo que son
capaces de hacer
• más entrenamiento de parte de la maestra por la calidad y
la sofisticación del trabajo.
¿ESTAMOS PREPARADOS LOS MAESTROS PARA AFRONTAR ESTE DESAFÍO?
Así como los docentes nos preocupamos cuando tenemos un
alumno que no logra aprender del mismo modo que los demás y desarrollamos
distintas estrategias, actividades y situaciones para que avance en su proceso
de aprendizaje, también debemos hacerlo cuando llega a nuestras aulas un niño
superdotado.
Este trabajo no es nada fácil
Un docente que sea facilitador del aprendizaje, que tenga el
deseo de enseñar a estudiantes que incluso son más brillantes que él, que los
respete y los entienda, que aliente el pensamiento y el cuestionamiento, que
genere en el aula un clima en el que equivocarse, arriesgarse, preguntar y
dudar formen parte del proceso de aprendizaje.
Las necesidades educativas que plantean estos niños no se dirigen a la búsqueda de una persona que pueda responder todas sus dudas, sino a alguien que pueda guiarlos.
ALGUNAS ALTERNATIVAS PARA EL TRABAJO CON NIÑOS SUPERDOTADOS.
Al igual que con cualquier niño, el docente debe identificar en estos alumnos su capacidad de pensamiento, de razonamiento, su vocabulario e indagar en qué momento del proceso de aprendizaje se encuentra, con qué herramientas cuenta, qué es lo que ya sabe y qué es lo que le interesa.
Consideramos que todas y cada una de las
estrategias antes mencionadas son valiosas para trabajar con los niños
superdotados. Ninguna de ellas es mejor que la otra. Dependerá de las
necesidades del alumno, de sus características, de sus intereses, del trabajo
del docente, cuál de ellas se elige en cada momento.
Lo importante es que se le ofrezca al niño, al igual que a
cualquier otro alumno, un amplio abanico de posibilidades educativas.
Pensamos en la educación como la actualización del potencial
humano.
Toda persona tiene el derecho a experiencias educacionales
que desafíen su nivel de desarrollo individual independientemente de si este es
más bajo o más alto que el nivel del grado que tienen sus compañeros de la
misma edad. El material debe ser presentado a su propio paso, y con su estilo e
interés en mente. Cualquier otra cosa es perder el potencial humano, impedir el
progreso del individuo y de nuestra sociedad y mal usar los principios de
equidad que la educación propone para todos los estudiantes.
en y para la diversidad responderá a las necesidades que
estos niños tienen.
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